miércoles, 22 de octubre de 2014

O

Hoy, mal y tarde, asisto a mi entierro.
Todo este tiempo he creído vivir,
Yaciendo vacía junto al cadáver de Dios.

Los sepultureros y yo, tal vez
El séquito más triste de la historia,
Llevamos mis restos al jardín.

Por una vez, me siento hermosa.
Pero el tiempo ha vuelto a hacer de las suyas,
Y en tus párpados leo una vez más que es trece.

1 comentario:

  1. Es difícil responder a un séquito de luto. Diría casi que esperabas llegar al interior del panteón, para que ellos cerrasen las puertas y declaren tu deceso en el único trece con razón. Quizás porque dentro, a oscuras, sin cruces, ni ángeles, ni pulso, ni sonido de engranajes en tu reloj, está la escalera que lleva hacia abajo sobre la que alguien ha escrito “por aquí puedes escapar”.

    Pero solo son las conjeturas de un ser ignorante.

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