martes, 1 de julio de 2014

Renacer.

Rimbaud me ha cambiado. Tras una exhaustiva lectura de "Las Flores del Mal", del poeta francés que inició el simbolismo, Baudelaire, y considerar insuficiente este viaje por los sentidos, fui a dar con el Príncipe de las Tinieblas, aquel que se anticipó a Nietzsche, Arthur Rimbaud.
Después de leer prácticamente la totalidad de su obra, puedo afirmar con rotundidad la frase inicial. Incluso voy más lejos, testifico que el joven poeta no sólo era un auténtico visionario: Sabía algo que, casi dos siglos después, nosotros no sabemos.

Dejo el primero poema que escribí mientras leía una antología de sus poesías completas.

VI

Inmortalizar a Rimbaud,
          hallar la libertad en la caverna,
   ser niño, y león, y esclavo.

<<Vivir>>, sin omitir ninguna letra.

      Atormentar a los mediocres,
             contarles sobre el tacto agridulce
                       de una victoria por la cual no lucharon.

¡Vivir! ¡Hay que vivir!

Ser laico, y dios, y ateo,
           profanar la tumba de Descartes,
                 resucitar, una vez más, a Nietzsche.


3 comentarios:

  1. Que sean necios, y salvajes, y esclavos, y no bastará con Vivir para atormentar a los mediocres y convencerlos de que no hubo victoria. Solo un agujero para los derrotados, donde junto con nosotros, los han enterrado a ellos.

    Ser enterrado, y acusado de enterrador, y resucitar.
    O eso vi en las trincheras, entre poetas, soldados, y filósofos alemanes. Allí se observa la única forma posible de Vivir.

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    Respuestas
    1. Si tan sólo hay una forma de vivir, ¿cómo saber que ni estamos muertos?

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  2. Porque lo contrario de Vivir no es estar muerto, lo contrario de Vivir es estar vivo.
    Estar vivo implica que los órganos funcionan, pero la mente no. Vivir necesita del pensamiento (y de las ideas).
    Esa, supongo, es la línea que os separa de los mediocres, y la única forma de Vivir.

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