miércoles, 23 de octubre de 2013

La verdad es que nunca iremos a París.

Lo que queda de mí, no vale nada.
 Los dos lo sabemos.
  Los dos lo lamentamos.
   Pero sólo yo me quedo.
    
      Y verás, que tus mentiras 
        ya no curan las heridas que me hiciste.
          Soy la melodía finita de una caja de música.
            Y tú ya no me quieres para tanto.


1 comentario:

  1. Nada vale más que lo finito (que resuena antes de abandonarte). Nada contiene más verdad que las mentiras, si consigues olvidar su melodía y buscar en sus entrañas(o en la lejanía).

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