Los dos lo sabemos.
Los dos lo lamentamos.
Pero sólo yo me quedo.
Y verás, que tus mentiras
ya no curan las heridas que me hiciste.
Soy la melodía finita de una caja de música.
Y tú ya no me quieres para tanto.
Nada vale más que lo finito (que resuena antes de abandonarte). Nada contiene más verdad que las mentiras, si consigues olvidar su melodía y buscar en sus entrañas(o en la lejanía).
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