Si te digo
la verdad,
Había veinte
maneras
De romperme
el corazón.
Y creí que habías
escogido arreglarlo.
Es curioso
que pensara
Que alguien
como tú
Venía a
buscarme.
Me envolvía
la idea inalterable
De que los
desgarros
Estaban
incluidos en la lista
De efectos
secundarios.
Que tú
sabías curarme
El alma a
besos.
Y sólo
jugabas a recoger
Los pedazos.
A prometerme
la Torre de Babel
Y convertir
nuestra cuidad en ruinas.
Yo era tu
fénix favorito.
Creía que venías a salvarme.
Si te digo
la verdad, amor,
Tú
inventaste la manera
Veintiuno.
Y aún lloro
porque
Me lo sigas
rompiendo cada vez
Que llegan
las 20:33.
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