viernes, 3 de mayo de 2013

El final de la calle es París


Sobrevivimos al frío de París.

A suicidios colectivos en soledad
Desde el límite de una mesa
Con tres patas.

A mordernos los dedos
Sin querer hacernos sangre.
A enterrar en la nieve los recuerdos.

Al daño de caerse de un tiovivo.
Al dolor de hacernos daño
Sin querer causarnos más dolor.

Y luego lloramos.
Y nos curamos las heridas el uno al otro.
Y miramos por la ventana
Cómo los pájaros se ahogan en el río.

Pero ya no nos importa
Que se mueran las flores en invierno.

Porque siempre está la primavera
En el condicional perfecto
De no querer perdernos.

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